Como recoge la prensa local, aunque fue algo vivido in situ y aún con sólo cinco años imposible de olvidar, alrededor de la una y cuarto de la madrugada del domingo 19 de diciembre de 1970 un autocar repleto de pasajeros que llegaba a Zaragoza desde Barcelona con destino Badajoz se precipitó al Ebro tras romper la barandilla del Puente de Piedra.
Tras la caída, el autobús fue a parar a un lecho pedregoso, poco profundo y cerca del pozo ed San Lázaro. La mayoría de los accidentados, comos nos cuentan las crónicas, estuvieron casi dos horas sobre el vehículo esperando el rescate. Una vez rescatados los supervivientes, y al intentar sacar el autocar, la sirga se rompió y éste quedó sumergido en el fondo del Pozo San Lázaro que aumentaba su leyenda.
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